domingo, 28 de marzo de 2010

Ausencia crónica

"En la gran metrópoli todo pasaba, y todos pasaban, era como si la ciudad en su conjunto tuviera vida propia, pero al mismo tiempo era como si ellos, los que la habitaban, carecieran de esta. Al alejarse, uno vería una ciudad llena de vida, mientras todos caminan, los autos andaban, el metro y los trenes seguían su curso, todo andaba con la precisión de un relojero. Pero al acercarse, pareciera que todos estos seres tenían su cuerpo en un mismo lugar, pero su alma en otro. Nadie se hablaba, nadie se miraba, quizás fuera por temor. Había de todo, pero a nadie le importaba si el otro estaba bien, creían que ellos eran los que importaban, y que el sacrificio ajeno no contaba."

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